Abarca mundos, pero nunca intentes abarcarme,

almaceno tu palabrería más ruidosa con sólo mirarte.

Walt Whitman.

martes, 29 de diciembre de 2009

100 years ago: principios épicos.

Nellie conoce a mucha gente. A mucha. Londres es una ciudad muy grande. Pero en esa inmensa ciudad, y en todo el mundo, Nellie, sólo tiene tres amigos, amigos, amigos. De esos por los que recorrería medio mundo, dejaría de escuchar a los Beatles e incluso renunciaría al café, sí, renunciaría al café por esos tres. Jake, Brian y Mike. Son más que eso, son sus hermanos, desde que a los doce años ese estúpido colegio elitista para pijos, tío decidió que las cuatro balas perdidas de la buena sociedad londinense debían unirse bajo el mismo techo para no volver a separarse.
Jake Collins. Sonrisa de angel, cerebro diabólico. Papá y mamá de buena familia, pero eso de la pompa británica y el título... creo que se la sopla, tío.
Brian Yeats. La responsabilidad, la calma. Heredero ilegítimo de algún estirado con familia, yo que sé.
Mike Houghton. Pues eso, Mike. Oveja negra de una de las familias más influyentes de Inglaterra. Con más titulos que la puñetera reina, tío.
Y ella, Nellie Cornwell. La chica que va con los tres delincuentes esos. Hija de lady Elena y Lord Henry Cornwell, muerto antes de que ella naciese de un ataque al corazón. La niña menuda, inteligente e insolente que se empeñó en llevar una camiseta de los Rolling Stones en lugar de la camisa de su uniforme en su primer día, ganándose un castigo, una charla sobre decoro con miss Jones acerca de lo que una futura señorita decente de su clase, Cornwell debía y no debía vestir y la simpatía de Jake y Mike, que decidieron que Jagger y Richards tenían que ser muy guays, tío si a miss Jones le parecían inadecuados.
Mike siempre dice que fue Jake, pero Jake, aunque no lo diga, sabe que fue Mike. Él disparó la alarma de incendios que libró a Nellie de la interminable charla con miss Jones y que logró el primero de una larga lista de castigos conjuntos para ambos, que escuchaban a escondidas la reprimenda. La mala suerte, o su deplorable falta de experiencia delictiva por aquellos tiempos, quisieron que ese pardillo sustituto que daba matemáticas les sorprendiera nada más dar la alarma. Una alarma de incendios hizo inseparables a Mike y Jake. En la sala de castigos, tras prometerles que les enseñaría la música de esos melenudos con guitarras que habían escandalizado a miss Jones, Nellie se unió a ellos. Brian, vino después. ¿Bastardo? Mi madre me dijo que mi padre, era un putero con los ojos juntos y ciertos rasgos que podrían indicar retraso mental, tal vez deberías llamarme hermanastro, tal vez la mayoría de los aquí presentes puede hacerlo... respondió a Linton y su cuadrilla cuando trataban de ser crueles con él, imitando su acento de lameculos pijos de mierda, tío. Era 14 de septiembre 1964 y ese día se completó la formación del club más exclusivo de todo Londres, en el que sólo se admitían renegados y bastardos.

viernes, 25 de diciembre de 2009

feliz navidad. PD: música maestro!

¿os cuento un secreto?, es que me han dicho por ahí que a ella no le gustan mucho las navidades, pero piensa que es bonito(bonito como una canción de los Beatles, como cuando fuma Humphrey en blanco y negro o como cuando se ven las luces de mi Madris así lo dijo él la primera vez que me dejó sin aliento,¿sabes? desde la carretera)que la gente se quiera un poquito, así como intentan hacer algunos durante todo el año: como Favio con su chica(si eso no es Amorde ese bonito de pelicula, que alguien me lo explique), como hace Hounter a su manera, entre dualismos y contradicciones, os dice moi que está enamoradito hasta las cejas jsjsjs, aunque no se yo si le gusta mucho la idea... como hace Sheena en sus microsuspiros... como la señorita Cat que para qué voy a contaros nada si medio mundo blog está enamorado de sus cuentos y sus elefantitos, como Lorena, que estudia lo que yo quiero estudiar y me tiene enganchada a sus Historias Raras, y como montones personas a las que leo siempre y que recomendaré en otras entradas, porque oye, que se me pasan las navidades aquí escribiendo y hoy el cielo desde mi ventana está blanco como si lo acabaran de sacar de la lavadora y lo hubiesen tendido a secar, así que voy a salir a dar una vuelta, porque, como todos sabemos, esos días son los mejores para escuchar a los Beatles con los cascos a un volúmen desaconsejable por las calles de Maaaaaadrid... de Maaaaaadrid(que dice Sabina).
¡Sonría, por favor!
PD: Contadme que pensáis de ellos, de lo que escriben, de los Beatles, de las Navidades, de lo que se os pase por la cabeza, quiero escucharos(leeros)!!, además estoy frus-tra-dí-si-ma con el photoshop, sacadme una sonrisa por caridad navideña... jusjusjus

domingo, 20 de diciembre de 2009

like a rolling stone.

Pero Mike es mucho más. Mike es la oveja negra que creció entre pavos reales, miradas de censura, cubertería de plata y golpes(muchos golpes). Es el macarra de clase alta que descendió a los infiernos y creyó encontrar el cielo. Humillación perpetua para mamá, una lacra para papá. El niño malcriado que nunca comprendió la importancia de hacerse respetar, de hacer honor a un título, a una categoría. La verguenza de la familia.
Mike odia toda esa mierda. Esa gente, ese apellido. Mike odia casi todo, incluído a sí mismo. Por eso se rebela. Porque se aburre. Porque puede. Porque quiere. Es su forma de eliminar de sí mismo su apellido, de escupir en su condición, de mancillar su aristocrática sangre
Mike no escucha a Dylan, él es un tipo duro joder, pero si lo escuchase sabría por qué Nellie ríe cuando mira con escepticismo sus vinilos. La primera vez que escuchó Like a rolling stone supo que siempre le recordaría a Mike. Porque Mike es como un perro callejero sin dueño, como un ave sin alas, like a rolling stone...

viernes, 18 de diciembre de 2009

De esos que debes evitar.

Todos se quedan en la estúpida moto, en el cigarro(porque, madre mía, quien no querría ser ese cigarro)atrapado, maltratado por sus labios que parecen permanentemente congelados en una mueca obscena, en sus botas que dicen a voces "mírame, piso fuerte y si te descuidas tu cabeza será mi alfombra roja" y en esa mirada feroz(más que la del lobo de Caperucita)que te recorre de arriba a abajo, desnudándote. Una fachada abrumadora, brutal, no del todo falsa, en absoluto verdadera.
Hay gente que nace para morir joven y de manera trágica, como en las películas, tarde o temprano acaban desangrándose en un parque, con los sesos esparcidos en alguna cuneta o en el fondo de una piscina vacía, ahogados en su propio vómito, entre pastillas, botellas vacías y adrenalina contenida. Mike es de esos.

martes, 8 de diciembre de 2009

-yo te quiero más que él, mucho más.
-¿cómo lo sabes?
-pues porque he aprendido a hacer tarta de mermelada de frambuesa, sólo para tí. para que me quieras aunque sea la décima parte de lo que le quieres a él. y porque sé cuando necesitas que te deje sola y cuando quieres que hable de tonterías, cuando quieres decir algo importante y cuando necesitas esconderte debajo de la cama. porque te conozco mucho mejor que él y, aún así, te quiero. pero tú eres tan estúpida que te enamoras del tío que se enrollará con cualquier rubia de bote el día que le cuentes a tus amigas que no puedes vivir sin él.

viernes, 20 de noviembre de 2009

El abuelo.

Mi abuelo recuerda entre miradas veladas por los años y los recuerdos. Año 39, explícale a un niño de cinco años el motivo por el cual su padre es arrestado y humillado públicamente. Explícale que no es un delincuente, que aquellos que se lo llevan visten el uniforme de la intolerancia, el silencio de la obediencia, del miedo, que su papá quiere volver. Explícale que tiene que dejar la escuela para trabajar por un poco de pan. Que hemos perdido la guerra.
No vengas a decirle a mi abuelo que unos perdieron y otros ganaron, que la vida es así, porque su infancia se fue entre campos de trigo y curruscos de pan.
Enterremos al Sepulturero Mayor, pero no enterremos la memoria.

jueves, 12 de noviembre de 2009

el lugar estaba desolado. igual que su mirada verde pantano. las casas derrumbadas son tristes, con todas esas fotos, ropa y recuerdos esparcidos por allí. te das cuenta de que es la casa de alguien, que hasta esa misma mañana en ese baño derruido había peleas por ver quien entraba primero. las miradas de impotencia son peores que los escombros. toda esa gente como niños perdidos, con cara de ¿y ahora qué hago?. es triste pensar que ya no tienes un lugar en el mundo. muy triste.

feliz final de semana ;)
[shht, ¿escucháis eso? está lloviendo:)]

domingo, 8 de noviembre de 2009

Ella soñaba con lo más lejos que pudiese imaginar y hacía planes con mapas y bolas del mundo. Escribía ingenuas historias de salvación del mundo y leía sin parar. Escuchaba música olvidada y recortaba fotos de revistas de viajes para abrir ventanas en su habitación. Aprendía a tocar la guitarra y escribía canciones de chicas que corrían muymuy lejos. Un martes, seguro que era martes, tal vez fuera trece, apareció en su vida, porquesí, porque él era así, el chico que hablaba lindo, venía de mas allá del atlántico, traía una guitarra al hombro y todas las lágrimas guardadas en un bolsillito diminuto de la chaqueta, para que nadie pudiese encontrarlas. Tenía aire de conquistador del mundo y sonrisa de chiquito.

.ese día se rompió la primera cuerda de la guitarra.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Haz lo que quieras. Sigue mirándome así desde el asiento del copiloto, no dejes de sonreirme con esa cara dura, cambia el dial de la radio para que te sienta cerca, pon la guitarra en el asiento de atrás y rózame el brazo, apártame un mechón de la frente. Haz lo que quieras. Pero no pienses que no quiero dar un volantazo y parar en doble fila para comernos a besos. Solo que, en la Gran Vía, una buena conductora no puede hacer eso.

sábado, 31 de octubre de 2009

Monique sacude su melena castaña y el mundo tiembla, después parpadea con sus laaargas pestañas y el mundo desaparece durante milésimas de segundo, me da los buenos días y se ríe con esa risa contagiosa y desordenada que hace cosquillas en los oidos y en la nariz. Monique es tan bonita que solo con verla te alegra el día. ¡Aaaay, Monique, si tuvieras cuatro años más! Mi reino por tu sonrisa, pequeña Monique.

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Vamos a dejar a la pequeña Monique y su suspirador anónimo(anonimísimo)porque os quiero hacer una publicidad diminuta... Señores, señoras, señoritas y otros seres que tienen la delicadeza de leer este blog, ante todos ustedes declaro abierto:
isolata la pioggia.chubascos aislados.
Los isolatalapioggianos y su representante en la Tierra(osease, yomimeconmigo)les invitamos a visitarnos en esta nuestra little corner of the world, vigilen sus permanentes, la electricidad estática y las tormentas inesperadas son continuas(y aún así son inesperadas,SÍ). Besos eléctricos con olor a tormenta de verano para todos. :)
Corto y cambio.

viernes, 30 de octubre de 2009

mañana, cuando te despiertes, vas a oler a café y a tostadas. el café estará demasiado flojo y las tostadas un poco más quemadas de lo que te gustan. se le habrá olvidado la mermelada de frambuesa que te hace sonreir bonito. pero tienes que perdonarle, él no sabe que lo más importante en este mundo es sacarte la sonrisa dormidita, esa que te dura todo el día. tienes que besarle, despacito(muy despacito)en los labios, porque él no sabe hacerte sonrisas de frambuesa, pero tampoco te hará lágrimas de limón.

domingo, 25 de octubre de 2009

Claro como los poemas de Lou Reed

La chica de los ojos oscuros como dos agujeros negros(de esos que no son negros, sólo castaños oscuros)profundos y absorbentes se mira las manos cuando piensa. Pero nunca entiende nada(nadadenada!)porque, ¿dónde va a encontrar él una chica con la mirada absorbe-galaxias que sea capaz de recitar la enciclopedia del hard rock?

Trilce

No fue la decepción que reflejaban sus ojos de niña triste lo que le destrozó por dentro. Fue la falta de sorpresa.
Una vez más, había cumplido las expectativas.

lunes, 19 de octubre de 2009

Tenía la mirada ingenua de Grace Kelly, la sonrisa pícara de Marilyn Monroe, la serenidad de Ingrid Bergman, la risa desordenada de Audrey Hepburn y la suerte de ninguna de ellas. Quería desayunar con diamantes, amar a Humphrey Boggart, ser La Chica y casarse con un príncipe azul. Jugó los dados y perdió. Sus peliculas no se anunciaban en grandes carteleras, su sonrisa no aparecía en portadas de revista, aunque alguna vez lo hicieron sus pechos. Sus diálogos no pasarían a la historia del cine, no habría glamurosas fiestas de estreno, ni limusina hasta la entrega de premios. Nadie escribiría su biografía. Mamá quiso que fuese maestra, ella quería ser diva. Ahora era la fantasía sin cara de los solitarios libertinos de los cines de medianoche. La princesa de toda una generación de cenicientas sin zapato. Su última decisión fue como habría querido vivir, entre champan y vicodina, con Frank Sinatra girando en el tocadiscos de Papá. Sin motivos para sentirse moderadamente orgullosa. Cry for me, Hollywood.

sábado, 17 de octubre de 2009

Barcelona, I love you


-Lo siento, es que, yo, cuando me enamore, tiene que ser en Barcelona, mojándome con una tormenta de verano como la de aquel día, bajo las obras de la Sagrada Familia...
-¿Y luego?
-Luego subiríamos a Montjuic a sentarnos y mirar como descargan barcos en el puerto mientras comemos gominolas.
-¿Lloviendo?
Ella puso los ojos en blanco, él nunca entendería nada de nada.
-¡Claro!


(Enamorarse de ciudades es más fácil y duele menos)
Con más eme de María que nunca.
Tengo la mala suerte de encontrarte cuando ya estás perdido...

domingo, 11 de octubre de 2009

Marinero en tierra

Él tiene los ojos oscuros y profundos(imaginaba entre suspiros), la sonrisa sicera, de esas que dan ganas de reir a carcajadas, pero ausente. Está enamorado de una ilusión(como yo!),le gusta comer regaliz rojo mientras ve las tormentas sentado en la ventana, se cree las películas en blanco y negro de pe a pa (cómo va a mentir una peli antigua?). Cuando está triste escucha discos antiguos de viejos ídolos que conquistaron el mundo(¿también se esconde debajo de la cama?), no, él nunca se esconde, él sabe mostrarse (crees que si se lo pido me enseñará?), quizás, creo que está deseando que alguien le pida ayuda, para ayudarse a sí mismo... Sonrie cuando lee y se reconoce, sueña con escapar de la monotonía de la vida en alguna ciudad en la que ya no tiene nada que hacer(podemos ayudarle a escapar?), quizás, creo que estamos deseando ayudar a alguien para poder ayudarnos... Alguna vez soñó con hacerse pirata y surcar los siete mares, o explorador para descubrir civilizaciones perdidas o músico para sacudir corazones(y ya no sueña?), intenta no hacerlo, pero a veces se despierta con una sonrisa, un brillo de más en los ojos y sabe que no ha podido evitarlo, que ha volado hacia algún recóndito lugar dónde la tristeza no pudo encontrarle(y cuando se despierta, no quiere volver a ese lugar?)claro, pero no se atreve a intentarlo (ayudemosle!) ojalá pudiésemos hacerlo...

miércoles, 7 de octubre de 2009

Hoy le cedo mi pequeño espacio al gran Gorki Aguila.

martes, 6 de octubre de 2009

Remontando cascadas

Si caes. Caes. Caes. Caes. Así, con c mayúscula. O minúscula, qué importa. Como una gota de lluvia. Como una jodida gota de lluvia que se estrella contra el suelo. Que se filtra en la tierra que todos pisan. Pues cuentas hasta diez. O hasta un millón. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10... Y te levantas. Porque tu eres más. No sólo un puto estribillo. Te levantas. Porque, ¿alguna vez has hecho la ruta del Carest? Esos puñeteros salmones remontan cascadas alucinantes. Sufren, sangran, algunos hasta mueren. Pero vuelven cada año. ¿Por qué? Con un único objetivo. La vida. La vida con mayúsculas, minúsculas o cómo quieras escribirlo, hay cosas que no pierden significado de ninguna forma. La vida.

jueves, 27 de agosto de 2009

El día que vivímos

Un frío punzante, repentino, hiriente aterrizó sobre su brazo descubierto. Una gota de agua. El cielo había estado gris durante todo el día, pero las previsiones del tiempo anunciaban una posibilidad de lluvia muy baja. La explanada se había ido llenando de gente durante la última media hora, ahora todos miraban hacia arriba con fastidio. Intercambió una mirada con Fabio que, consternado, le daba una patada a la escalerilla que llevaba a lo alto del escenario, a lo alto de sus expectativas. Había pasado meses organizando aquello, despediciado interminables horas suplicando subenciones, buscando patrocinadores, tramitando permisos, haciendo realidad lo que soñaba desde los quince años. 'Por la patilla', su festival de música gratuito, su idea de utopía, su sonrisa de cada día desde hacía dos años, cuando decidió hacerlo realidad. La lluvia comenzó a caer con más fuerza, pero la gente no se movía, nadie corría a ocultarse, solo miraban al cielo y a sus pies donde la tierra seca de un agosto con las temperaturas más altas en años comenzaba a transformarse en barro.
-Menos mal que está lloviendo...-dijo una voz en su oído. Era Victor, siempre optimista.
-¿Por...? Si os moríais de ganas por salir...
-Si, pero con el bajista semi-inconsciente, es dificil tocar.
-¿Qué le ha pasado a Ser?
-Que con los nervios le da por imitar a Lou Reed y había demasiado ron a su alcance... jaajajajaja, en otro momento le partiría el bajo en la cabeza, pero le ha salvado la lluvia.
-Jajajajaja sois unos colgados, tío, algún día os la vais a cargar en serio. Oye, ¿qué hace ahora?-miró con curiosidad hacia la escalerilla, dónde, con serias dificultades, Sergio intentaba subir al escenario.
-No sé, joder... voy a ayudarle porque fijo que se cae y como se joda un solo dedo... lo mato...
Pero cuando llegó, ya había subido, con una acústica en la mano que trataba de enchufar a los amplificadores tapados con plásticos que todavía no habían retirado con la esperanza de que parase de llover.
-¡Bájate de ahí, que te vas a electrocutar, idiota!-le decía Victor sin mucho interés. Todo el mundo miraba al escenario, la lluvia no daba tregua, todos estaban calados ya. Finalmente, consiguió enchufar la guitarra y, tambaleándose se colocó en el centro del escenario. Se hizo un silencio sobrecogedor, sólo se escuchaba el sonido de las gotas de lluvia estrellándose en el suelo. Las miradas de asombro de cientos de personas estaban concentradas en Sergio que, sin percatarse de la expectación que causaba, se colocó el sombrero y comenzó a tocar los acordes de 'Let it be'. Y todo el mundo cantó al compás del viejo himno. Cientos de voces, de corazones, de personas fueron una. Aquel día, bajola lluvia, 'Let it be' tuvo más significado del que jamás habrían concebido Jonh y Paul. Cuando la canción terminó, todos comenzaron a aplaudir y a vitorear a Segio, que desconectó la guitarra y la dejó sobre el amplificador. Dio unos pasos hacia el centro del escenario y, ante el estupor de todos, vomitó a un lado, se inclinó para agradecer los aplausos y se desmayó sobre el público, que le recogieron encantados, dejándole en el suelo.
Ninguno de los presentes volvería a sentirse tan vivo como aquel día.

domingo, 23 de agosto de 2009

In the sky, with diamonds...

Los ojos teñidos de muerte y una sonrisa de falsa resignación, deseando acobardada la fe que jamás tuvo. Nunca había pensado en ello, nunca tuvo miedo, nunca la vio como algo real. Este final no era para ella, una cama, poca luz y mucha gente alrededor, pero no tuvo fuerzas ni valor para levantarse de la cama, dejar esa horrible habitación y morir bajo la lluvia, como en las películas de los años cuarenta, como aquellas heroínas románticas.
No pensaba en la gente, había pensado mucho en la gente últimamente. Sólo pensaba en la muerte. Iba a morir en menos de un mes; dejaría de existir, no podía levantarse de la cama, no podía hacer un último viaje, no podía pasear por el parque, sólo podía pensar. Pensar en la muerte. Porque cuando te dicen que vas a morir y no puedes levantarte de una cama con olor a enfermedad sólo puedes pensar en la muerte. Quería dejar algo, una huella, una prueba que constatase su existencia. Había pensado en escribir algo, incluso había pedido un cuaderno, ahora tenía un bonito cuaderno de tapas azules sobre la mesilla, pero no había sido capaz de comenzarlo, era como si empezar a escribir ese cuaderno lo convirtiese todo en real, no había tenido valor.
INSTRUCCIONES PARA SEGUIR SONRIENDO CUANDO YA NO PUEDA OBLIGAROS,
decía la primera línea.
-Todos los días, sobre todo los tristes, tenéis que escuchar la música con el volúmen reglamentario, es decir, el que haga temblar los muebles de la vecina.
-Los martes, tenéis que doblar la ración de regaliz, para que la semana no se os haga tan larga.
-Nunca perdáis el tiempo.

Y le seguía una línea tachada, como si se hubiese arrepentido de algo que pensaba aconsejar. Unos renglones más abajo continuaba con aquella caligrafía tan suya.
No sé, creo que tampoco lo he hecho tan bien con mi vida como para deciros a vosotros qué hacer con la vuestra, así que, solo una cosa más: por favor, SED FELICES.
Al final siempre acabo haciendo las cosas mal y tarde, ya no voy a poder llenar este cuaderno de historias, sonrisas, personajes, lugares ni fotos, como debería haber hecho. No importa, creo que tú podrás hacerlo mejor, es mi única petición, llena este cuaderno de vida, que yo no tengo tiempo.

Y ahora me toca a mí llenar este cuaderno. Porque ella ya no está. Porque tú ya no estás. Te fuiste. Luchando. Hasta con la muerte tuviste que luchar, ni siquiera Ella te lo puso fácil. Pensaba que si no me despedía de tí no sería real, que no te pasaría nada, que volverías a casa como las otras veces. Que infantil. Ahora mal y tarde, como siempre, en eso nos parecemos, tengo que despedirme de tí y acabar lo que tú empezaste.
Eras una persona especial, eras todo lo que una persona puede ser en tan poco tiempo, eras lo que quisiste ser. Tenías una mirada directa, brillante, pasabas por el mundo dejando tu perfume de fresas con nata, regalando sonrisas y fomentando sueños. Creo que nunca llegué a intuir siquiera quién eras. Todavía me pregunto quién sería aquella persona que entró en nuestras vidas, las descolocó y se fue dejándose su luz, Lucía.





Duele usar el imperfecto de indicativo.

sábado, 22 de agosto de 2009

Te espero en: 40°26′N 3°41′O / 40.433, -3.68340°26′N 3°41′O / 40.433, -3.683

Se encendieron las lucecitas, había que ponerse el cinturón, iban a aterrizar. Miró por la ventana y le dio la bienvenida el amanecer de la ciudad de los sueños que nacen y los aviones que despegan. Le dio la bienvenida su Madrí, como ella decía con esa encantadora chulería inconsciente que se respiraba en aquella ciudad mágica. Se agarró tan fuerte al reposabrazos que los nudillos se le pusieron blancos, odiaba los aterrizajes.
-Odias los aterrizajes.-había dicho ella cuando le conoció, con esa espontaneidad y ese gesto impaciente que la caracterizaba. Él lo negó y supo que había perdido cuando sonrió con indulgencia y le regaló otra perla sobre la ciudad que amaba, una de esas cosas que no se encuentran en las guías.
-No te gustará Madrí, es un continuo aterrizaje.
Ella era un continuo aterrizaje, una turbulencia, era como salir del metro de Banco de España viendo la luz rojiza caer sobre el Retiro, era cruzar la Gran Vía por medio sin mirar, era Madrid en estado puro.
Aquel día comprendió qué quería decir la chica de los ojos de luna cuando hablaba de Madrí, pero le gustó, se enamoró de la ciudad del "No pasarán", del viento del pueblo, de los locutorios dónde se hablaban mil idiomas...

miércoles, 12 de agosto de 2009

Con el tiempo la lluvia dejó de repiquetear en los cristales y ellos dejaron de declararle sus intenciones al mundo desde la cama. El brillo de los ojos grises que tenían la culpa de esta puta locura dejó de iluminar la casa, las facturas de la luz comenzaron a llegar, la tele trató de competir con el sonido de sus risas los domingos por la mañana y a veces se adelantaba en el marcador.Eso, dijeron después, fue madurar. No nos engañemos, eso fue fracasar...

viernes, 31 de julio de 2009

De pomelos, mandarinas y huidas.

-Eres la mujer de mi vida. Te quiero. Te adoro. Cásate conmigo.-ella le miró muy seria, tal vez asustada.
-¿Es una órden?-su voz temblaba de duda, pero tenía una nota de desafío.
-Es una súplica.-supo al instante lo que ella intentaba- No vas a hacer eso, te conozco y no voy a dejarte hacerlo, si no quieres no te cases conmigo, mejor, podemos borrar este momento. Olvidarnos. Prometo no volver a intentarlo, no hablar de bodas nunca jamás, tendremos una palabra clave para las bodas, ¿de acuerdo? si por algún motivo tenemos que referirnos al tema lo llamaremos...¡pomelo!...
-¿Pomelo?
-Pomelo. Pero por favor, no utilices esto como una excusa para dejarlo, no voy a presionarte, joder, yo nunca te he presionado, te quiero, te conozco, sé que no te van estas cosas, ha sido... un acto reflejo.-evitaba mirarle a los ojos, su mirada iba de un lado a otro, como un tigre encerrado en una jaula, buscando una salida...
Con delicadeza la tomo de la barbilla obligándola a mirarle y trató de hacerla entender todo lo que no podía decirle en palabras.
-Y si alguna vez cambio de opinión, ¿en las invitaciones tendremos que referirnos al evento como la fiesta del pomelo?
-Tal vez.-sus ojos chispearon de alivio-Además, tendría sentido, el pomelo es un injerto y una boda es una unión de dos frutos maduros, de dos personas.
-Esta pillado por los pelos hasta para tí...
-¿Prefieres mandarina?
-No, pomelo está bien...

viernes, 24 de julio de 2009

Pequeño rock&roll

Sergio se enamora de segundos y a veces hasta de minutos. Piensa en cosas grandes y dice cosas pequeñas. Bebe wishky solo, con hielo, para curar los ataque de decencia, dice. Y escribe canciones porque si no es peor. Fuma despacio, con clase, expulsando el humo y el alma mezclados en cada bocanada. Cuando se lleva el cigarro a los labios, cierra los ojos e imagina, creo, que está encima del escenario, pero si le pregunto qué piensa sólo sonríe como si le divirtiese la pregunta y sigue haciendo como que no se da cuenta que le observo fumar.
Sergio es un tipo duro de esos de película de los años cuarenta, como Humphrey, o eso intenta, porque está harto de hacer manualidades para pegarse los trocitos de corazón, siempre se le está rompiendo porque lo pone en absolutamente todo lo que hace, en su música, en sus sonrisas tímidas(esas que son deverdadverdaderas)y en sus miradas infinitas.
Sergio vive en una época que no es la suya, él camina, siente, piensa y hasta respira como una rockstar de los sesenta. Puede ser que haya nacido tarde.

martes, 14 de julio de 2009

La altavoces escupían una melodía sosa y estropeada por la crueldad de una versión que llegaba a sus oídos mezclada con el ruido de risas y conversaciones a su alrededor y Claudia hablaba sin tregua de algo que no lograba captar su interés. Ella se acercaba el vaso a los labios mecanicamente cada diez segundos sin llegar a beber, sólo manteniéndose ocupada y él pensaba en salir fuera a fumar. La música cambió y los altavoces empezaron a esbozar los acordes de algo distinto, una melodía más compleja, con un trasfondo emocionante, o tal vez fuera que el pie de ella comenzó a moverse acompañando el ritmo. Se fijó en que se le había dibujado una enorme sonrisa, tenía las mejillas encendidas y los ojos brillantes. Un cosquilleo le recorrió la espalda y le erizó el bello de la nuca. Los labios de ella se movían, sin pronunciar palabra y un mechón castaño, rizado resbaló hasta tapar su ojo derecho, lo apartó con un movimiento inconsciente mientras seguía metida en la canción. Se sorprendió escuchando su propia risa, impregnada del brillo de sus ojos, vió la sorpresa de Claudia y el corazón le dió un vuelco con la risa de ella. Nunca la había escuchado reir, su alegría se derramaba en forma de carcajadas desordenadas, al servicio de toda la humanidad. Le miró, tan intensamente como siempre que miraba de verdad.
-Me encanta esta canción.
Miss Curiosity.

domingo, 12 de julio de 2009

Quiquesuspiros...

El mago de la guitarra al hombro y los ojos casi cerrados nos hechiza con sus palabras mágicas cada día un poco más...

sábado, 4 de julio de 2009

Tenía un puchero en los labios y los ojos arrebatados, con una chispa de enfado a punto de prender.
-¿Qué te pasa?-le preguntó entre conmovido y divertido.
-Es que ultimamente Peter solo busca a Wendy cuando quiere que le cosa la sombra...

sábado, 27 de junio de 2009

Tuvo la certeza de que las cosas lindas sólo pasaban en noviembre, así que se dio la vuelta y con una mirada altiva le recomendó a su destino que esperase...

miércoles, 10 de junio de 2009

El último acorde


Aquel verano era un recuerdo de luces y escenarios, de solos de guitarra y sonrisas "de esas". De aquel chico que fumaba Malboro y sonreía solo a medias. De aquel mechero que nunca encendía, de cuerdas que se rompían y acababan de pulsera. De las charlas trascendentales y las memorias llenas de olvidos, de eternas aspiraciones. Fue el verano de las púas al vuelo y la furgoneta gris llena de color que siempre estaba llegando. Fue el verano que ambos se enamoraron de la clave de fa. El verano que se escribió la gran canción y se perdieron las últimas grandes batallas en nombre de la música, la paz y el amor. Fue un triunfo fracasado. Fue el momento más vivo de la muerte. Fue la despedida de lo que se soñó. Fue el rock and roll. Fue el verano del amor.

viernes, 29 de mayo de 2009

She said, she said...

Apareces por sorpresa. Sin previo aviso. Hablas con la gente, te ríes. Con esa risa tan tuya, un canto a las segundas intenciones.

Me miras. Siempre me miras. Con esa superioridad tan tuya, con tus malditos rayos equis. Tus rayos equis de superhéroe en paro. ¿Desde cuando tienes los ojos tan grandes?

Dios, tengo una regresión preadolescente. Soy incapaz de mirarte a la cara. Madre mía, soy tan trasparente. Me estoy poniendo histérica. Me largo.

Sólo soy capaz de devolverte la mirada durante unas milésimas de segundo, cuando tú hablas con cualquiera, cuando tú no miras.

Me siento como si tuviese gripe.

No soporto tu absurda camiseta, roja, blanca, quiénsabe. No soporto tu peinado vulgar, decolorado. No soporto tus zapatillas hechas por niños indonesios en alguna fábrica que no conocerás. No soporto la música que suena cuando te llaman al móvil. No soporto a tus estúpidos amigos. No soporto que me mires como si lo supieses todo de mí. Pero, sobre todo, no soporto tu sonrisa. La que ilumina las once menos cuarto de la mañana.

Me mata. Me matas.

Pero sigo mi camino. Y pienso. Pienso en lo que me espera a las tres menos cinco, cuando haya torcido la esquina de la iglesia. Por precaución. Porque a mí no me importa, pero a tanta gente le importa tanto... Siempre acelero el paso cuando queda poco para torcer nuestra esquina. Su esquina, en realidad. Y ralentizo al llegar como si no me esperara ver, parado, delante de la iglesia, el citroen rojo impertinente, como todos los días desde hace cinco meses. Y a él. Fumando. Con el codo apoyado en la ventanilla. Esperando para llevarme a nuestro oasis de Lavapiés.

Intercambiamos sonrisas y miradas de triunfo. Huímos de la rutina de nuestras vidas. Huímos de todos. Y el camino se hace eterno. Y las escaleras hasta arriba se resbalan entre suspiros y besos en los descansillos.

Ambos sabemos que lo nuestro no es ningún romance épico. Que algún día se acabará, pero lo pasamos bien. Me gusta el sabor del tabaco en los recovecos de su boca, sus manos torpes en los botones de mi camisa, su mirada pensativa cuando me mira a través del espejo.

Pero él no es tú. Y eso explica tanto.

Y a las cinco en casa. Y que mamá no se entere.

martes, 26 de mayo de 2009

Tormentas de verano

Por qué te quiero en 65 palabras...
Te quiero porque con esa sonrisa haces que no me importe perderme los relámpagos, ni siquiera cuando el cielo está naranja.

Te quiero porque tienes tres sonrisas sinceras y una fingida.
Te quiero porque rompes mis teorías cínicas y nihilistas.
Te quiero porque sonríes cuando digo que hace falta una tormenta de verano en pleno noviembre.
Porque cerca tuyo siempre huele a canela y lluvia.
La niña de doce años que ya no era una niña ni tenía doce años, miró directamente al hombre de los ojos castaños infinitos y volvió a ruborizarse y a temblar. Seguía oliendo a canela y a lluvia. Seguía recordándola todas las tormentas de verano que no había visto. Seguía siendo lo prohibido. Lo inalcanzable. Pero ella ya no creía en prohibiciones. Ni en cosas inalcanzables. Arrugó el papel que sujetaba en su mano y sonrió divertida. Él sintió que no había marcha atrás, que ella tenía el control, que ya no tenía doce años. Le empujó contra el muro de sus complejos y perdió el sentido(común)entre sus brazos prohibidos. El cielo tronó con envidia y comenzó a llorar por su amante perdida, aquel edificio gris aburrido, con aspecto de hospital sería el testigo de la tormenta de verano que al fin desató sus ganas. La más eléctrica de las tormentas. Y aquel horrible edificio recuperó su color entre suspiros que pedían un más allá infinito. Un infinito que duraría apenas unos minutos.

martes, 19 de mayo de 2009

Él era la carcajada a escondidas del profesor, una mirada de sorpresa, la guinda negra sobre el pastel de lo extraordinario, un Leonardo Da Vinci perdido en un mundo en el que ya estaba todo inventado. El chico sin reflejo se resiste a que algún flash desconsiderado le robe el alma, pues la guarda para regalársela a la chica que colorea el mundo con cuatro cuerdas. Pero sssssssht es un secreto, ni siquiera él lo sabe aún...

Mi conexión odia a todo el mundo.

martes, 28 de abril de 2009

Let it be.

Quiero ser un rockstar. Quiero enamorarme de una artista conceptual japonesa. Quiero componer himnos pacifistas. Quiero llevar largo el flequillo y vivir de la música. Tocar en una caverna y viajar a la India. Quiero dicutir y componer con Paul. Quiero hacer huelgas desde la cama y cruzar sin mirar por Abbey Road. Quiero tocar en los tejados y que los vecinos llamen a la policía. Quiero ser un beatle.
Dijo el chico que se había enamorado de su guitarra.

lunes, 20 de abril de 2009

Como el viento

Tenía los ojos grandes y brillantes. Llenos de tristeza. Presos en el infinito. Siempre cerca de las ventanas, aspirando la brisa de la libertad, soñando con volver a ver las estrellas. La niña pequeña la observaba sentada en las escaleras, sin comprender por qué no escapaba, por qué no huía de aquella prisión de puertas abiertas.
Se sentía sola. Muy sola. Allí nadie podía comprenderla, ella no pertenecía a aquel sitio. Pero no escapaba, porque sabía que allí a dónde pertenecía no la aceptarían. Su soledad y su miedo al rechazo eran para ella una prisión aún más impenetrable.
La pequeña se acercó a la ventana y se arrodilló a su lado. La miró a los ojos y la acarició entre las orejas.
¿Qué te pasa gatita de ojos tristes?


Ya he vuelto :)

miércoles, 8 de abril de 2009

Con un par de aspirinas

Un martilleo constante. Un dolor agudo. Intermitente. Impertinente. Despertándola de la nada, el paraíso de sus sueños. Parpadea confusa, mira alrededor, ha vuelto a despertarse en un lugar desconocido. Trata de recordar, unos ojos castaños se entremezclan con una camiseta de AC/DC y canciones de Calamaro. Oye ruido en la cocina y comienza a vestirse, la boca le sabe a fracaso, tiene el pelo alborotado y los pies fríos. Recoge su bolso y sale por la puerta tratando de no hacer ruido y deseando que el ascensor no tarde, las presentaciones a estas alturas sobran y está aburrida de las absurdas y civilizadas fórmulas, no quiere darle su telefono a nadie, no espera que la llamen ni pretende llamar, sólo quiere que la dejen en paz.
En el ascensor, saca una goma del bolso y se recoge el pelo, mientras, examina su rostro ante el espejo, apenas quedan rastros del maquillaje de la noche anterior, tiene ojeras y las pupilas dilatadas, pero hay una marca más profunda, algo que no se aprecia a simple vista, la mirada de derrota, de abatimiento, las arrugas de su alma. Busca en el bolso y saca un cigarrillo y un mechero, lo enciende mientras sale del portal, tratando de ubicarse mientras desayuna frustraciones y humo. Comienza a caminar en dirección a su casa, encendiendo un cigarrillo con otro, sonriendo a los niños pequeños con los que se cruza y tarareando esa canción de Sabina que tanto le gusta. Al pasar por delante del bar de Carlos para a comprar tabaco, todos la saludan, Amelia, sonrie a Juanjo el mecánico del taller de al lado, a Pedro el panadero y a todos los demás conocidos, nunca nada cambia allí. Sube a casa fumando, deja el bolso encima de la silla y enciende el equipo de música, la voz de Janis Joplin le da la bienvenida a la angustia de su día a día. Se toma dos aspirinas y mientras se desnuda camino de la ducha, le viene a la memoria una escena de la noche anterior en la que un caballero andante trataba de salvarla de otra experiencia vacía. El agua caliente le resbala por la espalda, le devuelve, poco a poco, todos los recuerdos que no necesita. Llora. Llora por sus experiencias vacías, por los consejos que no sigue y por la impotencia de no poder salir de esa sordidez. Sólo es otro día más.

Ahora es demasiado tarde, princesa...

viernes, 3 de abril de 2009

Aviones que no despegan

-No te has ido.
-No.
-Nunca cumples lo que prometes.
-Lo intenté.
-Siempre lo intentas. Hay veces que no vale sólo con eso. Ya no me vale sólo con que lo intentes.
-Un tipo me dio una paliza y me obligó a quedarme. Dijo que no podía volver a dejarte sola.
-¿Quién?
-La persona que más te quiere en este mundo. Alguien a quién le mata verte llorar.
-¿Quién?
-Yo.
Prohibido querer o quererse,
estamos prohibidos.

Aviones que se escapan

Buenos Aires en esta época es poesía. Te espero en dos horas en el aeropuerto. Si no estás allí, no te volveré a molestar, gallega, te juro que desapareceré. Para siempre.



-¿El infinito puede acabar?
-A veces sí... cuando se rompe el mundo.

miércoles, 1 de abril de 2009

Pequeña gran superpotencia

(Creo que ya lo había subido.)

Le oyó gritarla. Otra vez. Cerró los ojos y se retorció el lóbulo de la oreja intentando calmarse. La angustia que le oprimía el pecho no desapareció. Entonces la vio. Tenía la parte derecha de la cara cubierta de sangre. La sangre le manchaba el jersey blanco que le había regalado por su cumpleaños. Las manchas de sangre no se quitaban fácilmente y menos en telas tan delicadas. Habría que tirarlo, pensó. Recordó su cara al abrir el regalo, se lo puso, lo estrenó esa misma mañana. Vas a parecer una puta, había dicho. Lo había hecho a propósito.
Seguía de pie mirándola avergonzada, como si hubiese hecho algo malo. Miró otra vez la sangre y vio como una gota recorría su cara, accidentada de antiguos golpes, hasta llegar a la barbilla, dónde se deslizó cayendo en el jersey blanco, su regalo de cumpleaños. El resto de la sangre no importaba, solo esa pequeña gota impertinente. Volvió a mirarla, la sangre provenía de una brecha en la ceja, no parecía grave.
La gota que había caído al jersey se tornaba marrón oscuro a medida que se iba secando. Por fin, ella habló: “No te preocupes”, dijo, “frotaré bien y quedará como si lo acabara de estrenar”casi sonrió.
“Lo acabas de estrenar... esta mañana.”
De repente sintió como si se hubiera liberado de algo, sintió una ligereza que la hizo sonreír, una mano amiga que la guiaba, no tenía que pensar, solo dejarse llevar, era un consuelo. Sin dejarla reaccionar la apartó y abriendo suavemente la puerta entró en el salón. Él no la miró, estaba viendo la tele. Se dirigió al equipo de música y lo encendió. La dulce voz de Quique González se escucho en toda la casa, muy alto.
“Quita eso”gruño sin levantar la vista de la tele. Le miró como si fuese la primera vez que le veía y le sonrió.
“¡Que lo quites!”ordenó poniéndose colorado de furia. Sin mirarle se volvió hacia la silla más cercana y con una fuerza que jamás había sentido la alzó por encima de su cabeza y le golpeó fuertemente en la nuca.

...Te vi bailar bajo la lluvia,
y saltar sobre un charco de estrellas...

Un golpe seco, limpio, sin sangre, que la llenó de fuerza. No era bastante. Tenía que sangrar, tenía que ver su sangre resbalar como había visto la de ella.

...Te vi bailar bajo la lluvia,
esperando la luna llena...

Esa mañana no la había felicitado. Volvió a la carga, esta vez en la cabeza.

...Volverás a reírte de veras,
cuando creas que estaba perdido,
volverás a reírte de veras,
si te quedas conmigo...

Como si hubiera abierto un grifo la sangre comenzó a derramarse sobre el suelo, roja libertadora.

...Te vi bailar bajo la lluvia,
te limpió el corazón de arena...

No era suficiente, seguía vivo, podía sentir su furia opresora, aún ahora que estaba inconsciente.

...Te vi llorar bajo la lluvia,
quién te hubiera quitado la pena...

Descargó toda su fuerza en el último golpe, partiéndole la silla en la cabeza.

...Volverás a reírte de veras,
cuando creas que estaba fundido,
volverás a reírte de veras,
si te quedas conmigo...

Tiró los pedazos de silla que aún sujetaba y respiró hondo, hasta ese momento no lo había notado, se había quedado sin aliento.

...Llevame, llevame, llevame...
y te vi bailar bajo la lluvia.

Levantó la vista y la vio parada en la puerta, mirándola. Había acabado. No volvería a pegarla el día de su cumpleaños. No volvería a pegarla. Nunca.





martes, 31 de marzo de 2009

40 d.A.(después de Alicia)

Tan bonita como aquel día con sus dieciocho años y sus ganas de comerse el mundo, tan bonita como aquel día que la vio por primera vez, tan bonita como en Roma bajo la lluvia, más que en la Habana, toda de blanco, más que en Buenos Aires, toda de negro, en aquel funeral, más que cuando le gritó que se largará en Marruecos... Viéndola dormir nadie diría que habían pasado 40 años desde que la conociera en Roma, llorando bajo la lluvia, con los ojos más tristes y más hermosos que hubiese visto jamás, con el carácter más complicado que había llegado a conocer...
Sonrio y miró alededor de la habitación buscando su cámara, aquello era un completo desastre, en la habitación reinaba el caos más absoluto, él era un maniático del orden, pero cuando estaba con ella no podía pensar en otra cosa que no fueran el arte o ella, era su musa, su angel, su vida... Cogió la cámara y la encuadró tumbada en la cama, dormida, con la misma belleza inocente y arrolladora que a los dieciocho. Arrolladora era la palabra, la palabra que describía, no sólo su belleza, sino también a ella. Recordaba la primera vez que la había visto, era un 6 de mayo y el cielo se caía sobre Roma vaciando las calles de gente y convirtiéndolas en pequeños riachuelos, isolata la pioggia, llevaba un paraguas rojo cerrado, el pelo le caía empapado sobre los hombros, caminaba lentamente, en sus mejillas se mezclaban la lluvia y las lágrimas. Salió al balcón y entonces la vió, muy pequeña, tras su objetivo, trató de robarla el momento sin que lo advirtiera, pero se giró y con una mirada que hizo ondear el aire fue ella quién le robó el alma.

sábado, 28 de marzo de 2009

Y es que ella es tan pequeña...

Ella es diminuta. Muy pequeña. O eso cree. No entiende que todo tiene su momento, que se hará grande, muy grande, tan grande que la mayoría tendrá que mirar hacia arriba, porque tarde o temprano alguien descubrirá su luz. Ella es una mañana de sábado con la música a tope, el reflejo de las estrellas en el lago del parque, es el bichito que encontró el jodido tesoro y no lo desenterró, la palabra imposible de adivinar en el crucigrama, una sonrisa disimulada, ella es especial. Niña traviesa, espera tu momento y disfruta del presente.

Dices que yo no tengo casi nada en la cabeza
me miras, me juzgas, me condenas,
¿qué importa mi opinión?

lunes, 23 de marzo de 2009

Elefantes rosas de papel

Pablo hacía elefantes rosas de papel.
Pablo tocaba canciones de los Rolling con la guitarra.
Pablo boxeaba los martes y los jueves, porque no quería hacer barbaridades.
Pablo tenía los ojos brillantes cuando la regalaba elefantes rosas de papel.
Pablo se mordía el labio cuando quería gritar y hacer una barbaridad, porque había vuelto a oír al monstruo gritar a su mamá.
Pablo temblaba cuando se lo contaba a la princesa y ella se ponía pálida y le sujetaba.
Pablo abrazaba a la princesa y lloraba en su hombro, para que nadie le viera, sólo ella sabía por qué Pablo estaba triste.
Su mamá escapó del monstruo y Pablo sonrió, pero le dejó sólo con él.
Pablo no sabía por qué a la princesa le gustaban tanto sus elefantes rosas de papel.
Pablo invitó a la princesa a su casa porque quería decirle algo importante.
El monstruo quiso atacar a la princesa.
Pablo no pensó.
Pablo dejó un elefante rosa de papel sobre la mesa.
Pablo no quería que el monstruo volviese a hacer daño a nadie. Y menos a ella.
Pero el monstruo tenía escrito la palabra fracaso en la frente, que los días de lluvia como aquel, suele rimar con muerte.
El elefante rosa de papel que estaba encima de la mesa llevaba los suspiros de Pablo escritos en la trompa, Te quiero, decía.
Pablo no volvió a hacer elefantes rosas de papel.
Pablo no volvió a tocar a los Rolling.
Pablo no volvió a boxear.
Pablo nunca besó a la princesa.
Pablo fue enterrado un día de lluvia.
Desde entonces no ha dejado de llover en Madrid.
Desde entonces Buenos Aires perdió toda su luz.


No dejes que nadie te diga que
no te mereces lo que quieres.

martes, 17 de marzo de 2009

Leyendo en tus sonrisas

Este era su tercer año dando clase, nunca había tenido una alumna tan brillante, nunca había tenido una alumna tan difícil. Siempre tenía algo que decir, siempre tenía una causa, una lucha, una reivindicación, era pura energía. Habían sido dos primeras semanas intensas, muchos mohínes y risas escépticas después había conseguido establecer algo parecido a la cordialidad. La ironía había dejado paso a la simple curiosidad, cada clase era una batería de preguntas, en las que sin darse cuenta ella iba dando más información de la que recogía, haciéndole sonreír con sus ideas acerca de los problemas del mundo y sus soluciones. Sonó la sirena, sólo quedaba una clase y acabaría el jueves, por los pasillos se armaban corrillos en los que se declaraba la guerra, se firmaban acuerdos de paz o se hacían negocios. Al pasar delante de un grupo de chicas las voces cesaron y sólo se oyó un saludo que sugería muchas más cosas.
-Hola profe...
-Hola Cristina.
Decidió ignorar las miradas cómplices que intercambiaron ante su respuesta. Sabía como le miraban algunas de sus alumnas, pero mientras atendiesen en clase el motivo por el que lo hicieran no le preocupaba, tal vez conseguiría que les picase la curiosidad y se interesasen por la historia o por algo. Aún estaba en esa edad en la que creía que podía cambiar el mundo enseñando, que podía hacerles entender que conseguirían el mundo con sólo proponérselo, que harían algo importante. Complejo mesiánico había dicho ella cuando les soltó aquel discurso en clase, ella también creía lo que les había dicho, pero su personalidad estaba afectada por una continua lucha entre el nihilismo que le inspiraba aquel ambiente y los ideales en los que se empeñaba. El jaleo se extendía por la planta de abajo, mientras esperaban para entrar en clase de música y allí estaba ella, sentada en el banco frente a la puerta del aula de música, leyendo. Reconoció la portada del libro, 1984 y sonrió, dudaba que la mayoría de sus compañeros llegaran a leer ese libro alguna vez, ella tenía quince años y leía cosas que él no llegó siquiera a conocer hasta la universidad. Se acercó a ella.
-¿Estás leyendo 1984?-levantó la vista, molesta ante la interrupción, pero le cambió el semblante al comprender su pregunta.
-Sí
-¿Y te está gustando?
-Claro.-no le gustaban las preguntas obvias.
-Deberías leer "Un mundo feliz"... es interesante también.-sonó de nuevo la sirena que marcaba el comienzo de la última clase.
-Gracias, cuando termine este lo miraré...-cogió su cartera y se reunió con sus compañeros.
-Lucía
-¿Qué?
-De Aldus Huxley.
Una sonrisa, luminosa como su nombre, dio sentido a aquel jueves gris.

En una época de mentira universal,
decir la verdad constituye un acto revolucionario.

lunes, 16 de marzo de 2009

Suspéndeme

Un mechón de pelo ondulado le caía sobre la frente, leía en alto, con voz emocionada, un panfleto a sus compañeros, que pese a no estar tan convencidos como ella, atendían a cada palabra pronunciada por esa voz hipnótica. Tenía más ideales que años y los ojos perdidos en otro planeta, era bonito observarla mirar directamente a los ojos del que preguntaba, los gestos con los que desechaba sus objeciones, la manera que tenía de pellizcarse el lóbulo de la oreja cuando pensaba, le hechizó la forma despreocupada de sentarse sobre la mesa del profesor, desde dónde observaba a su audiencia.
-Señorita, me gustaría que desocupara mi mesa, si es posible...
Todos se giraron al escuchar su voz y le examinaron de arriba a abajo, sorprendidos, conocieron al nuevo profesor de historia. Menos ella, ella le dirigió una mirada burlona y con una voz fingidamente humilde cargada de ironía e impertinencia le respondió.
-Claro, perdona, profe...
Se sentó delante, en primera fila, con aquellos enormes ojos cargados de sarcasmo muy abiertos y el boli en la mano. Le estaba desafiando. Y eso le encantó. Aceptó gustoso y comenzó la clase con la pequeña revolucionaria muy atenta y el resto de la clase mirándola divertidos, esperando que su fuerte carácter hiciera explosión en cualquier momento.

sábado, 14 de marzo de 2009

Girando en cuadrados

Eran totalmente distintos, como un mp3 y un vinilo, como una sonrisa y una lágrima. Ella lo sabía, pero era incapaz de dejar de sonreir cuando él estaba cerca, cuando notaba el olor a su colonia, cuando oía su voz accidentada y escuchaba sus sueños de gloria infinita. Él la hacía soñar. A veces aterrizaba de golpe con la verdad y pasaba horas construyendo complejos, sustentando miedos y financiando el golpe de estado de su cerebro contra su corazón. Padecía inseguridad crónica y miedo a sufrir, había decidido construirse su propio mundo, dónde nadie tuviese acceso a ella, dónde nadie pudiese hacerla daño. Él soñaba con escapar de la sordidez en la que vivía, con rebelarse, con no tener que aparentar, soñaba con ser independiente, con ser algo y no tener que dar explicaciones. Ella capturaba el sonido del mundo en acordes, él en imágenes. Él tenía la mente confusa y las ideas claras, ella tenía la mente clara y las ideas confusas, cada uno una mitad de un todo. Los dos igual de perdidos y confusos, él 17, ella 16 años de corazas, ahora resquebrajadas.
Al fin ocurrió lo que una musa un día le inspirara al primer gran poeta de la humanidad, el inventor de la palabra que a ellos tanto reparo les producía. Él sintió como su sonrisa se metía en sus sueños y como le dolían esos ojos, los más tristes de Madrid, los de ella. Ella se dejó llevar por la risa infantil de aquel niño enfadado con el mundo que había decidido robarla el alma con su maquina de capturar momentos. Y ambos encontraron las sonrisas perdidas, los sueños olvidados en el autobús y las melodías extraviadas en el corazón. Él dejó de llegar tarde a clase los jueves y ella se olvidó de sus complejos. Media hora antes de clase sofocaba las ansias percusionistas de sus corazones.

Lo bueno de escribir tú las historias es que puedes cortarlas y no contar el final, porque todas las historias, por bonitas que sean tienen final, yo decido dejar un final abierto y quién sabe, quizás algún día puedan contármela ellos :)

-¿Crees en los cuentos de hadas?
-No, pero creo en las personas.

miércoles, 11 de marzo de 2009

El encantador caballero...

Trató de evitarlo durante un rato, esbozando media sonrisa cada vez que sus miradas se cruzaban, sonrojándose cuando notaba la mirada de él recorrerla. Le gustaba observarla hablar con todos, recogerse el pelo detrás de la oreja, aprenderse de memoria los gestos con los que acompañaba sus palabras, impregnando de verdad, de pasión, de fuerza todo lo que decía. Era tal y como se había imaginado. Se agachó, cogió un vaso de plástico de la bolsa que había en el suelo y se dirigió hacia la bebida. La bebida estaba debajo del árbol. Él estaba debajo del árbol. No queda más gente, ahora tienes que hablar con el encantador caballero de la cresta, cuyo nombre llevas intentando olvidar toda la tarde para volver a preguntarlo. Le dirigió una mirada divertida que hizo enmudecer a los perros que ladraban, a los bebés que lloraban y hasta los latidos de su corazón.

Mil perdones por el retraso: exámenes :)

Here's looking at you, kid...


lunes, 2 de marzo de 2009

A miel y humo...

La dio dos besos deliberadamente lentos, aspirando su aroma a miel y humo de un cigarrillo fumado sin costumbre, la notó temblar bajo sus labios, escuchó su corazón acelerarse bajo su disfraz de indiferencia y notó sus propias manos sudando sueños. Ella le dirigió una sonrisa fugaz y nerviosa y apartó la mirada rápidamente. Era una cría, tenían la misma edad, pero a ella se la notaba la inexperiencia en la mirada, en la sonrisa y en los sonrojos. Hacía poco más de un mes que la había visto por primera vez, llevaba el mundo en los ojos y una sonrisa que resumía todas las estrellas del firmamento.
Mañana un poquito más...

Sólo llevando
una estrella azul del rock

sábado, 28 de febrero de 2009

Arena entre las uñas

Hoy me he acordado de tí. Tenía arena entre las uñas y estaba alborotada, tuve otra vez esa sensación, la misma que tuve cuando te conocí, como cuando conoces a alguien y sabes que no se te va a olvidar su nombre porque será importante, no sé... igual esas sensaciones sólo las tengo yo pero ya van dos veces desde que te fuiste, me gustaría poder contártelo. Recordé el primer día en que te ví, fue en el parque, después del colegio, tenía las uñas llenas de barro, el pelo enmarañado y acababa de bajar del tobogán, hace mucho tiempo, pero hay días que nunca se olvidan. Yo quería dar la vuelta con el columpio y tú querías que te dejaran en paz, que te dejaran vivir tranquila, nunca lo conseguiste. Me contabas cosas del mundo, las bonitas y las feas, me decías que no tenía que ser tan dura, que tenía que pensar antes de hablar, que luchara por lo que quería y que no me olvidara de lo importante. Yo abría mucho los ojos y te escuchaba, eras mi heroína. Tantas cosas que hablamos y nunca te dije todo lo que te admiraba, todo lo que te quería... te hecho de menos.

sábado, 21 de febrero de 2009

Concesión por tiempo indefinido

-Desordenada hasta un punto caótico, caótica hasta un punto delirante, incapaz de encontrar nada ni en su habitación, ni en su cabeza, ni en su corazón.
-No te dejará explicarte, te gritará durante mucho rato, tanto que igual se te quitan las ganas de explicarlo y después se quedará callada mirándote.
-Nunca jamás te dirá lo que siente, ella espera que lo adivines, no suele gustarle tener ESE tipo de conversaciones.
-A veces estará mucho tiempo callada, mirándo por la ventana, no la preguntes ni trates de establecer una conversación.
-Nunca, nunca, nunca debes decirle que toque la guitarra, es demasiado especial como para hacerlo por obligación.
-No la pidas que sonría en las fotos.
-Parará el mundo por cosas sin importancia como escuchar un solo de guitarra o al bizcocho subir en el horno.
-No debes ver Casablanca con ella, repetirá los diálogos, pero tú no puedes hablarla o se enfadará.
-Todos los días nueve de cada mes se pondrá triste, aunque se ría y tratará de esconderse bajo la cama, no debes dejarla.
-Nunca escribas en sus libros, ni siquiera en los márgenes con lápiz.
-Hará listas de todo, continuamente, sin ningún sentido ni orden.
-Dirá cosas sin sentido y se inventará palabras, no debes tenerlo en cuenta.
-A veces parecerá que no te está escuchando, realmente no lo está haciendo, pero no le gusta que se lo digas
-Cambiará de opinión continuamente, sin ningún motivo aparente...

Estas son las características principales que debes tener en cuenta si vas a ocupar una parcela en el mundo de la chica que no sabe hablar de verdad:
Interesados: Sonrian a pesar de todo.

miércoles, 18 de febrero de 2009

y el chico que robaba momentos...

La chica que no sabía hablar de verdad escribía cosas en un papel mientras la terrible bruja hablaba de cosas sin importancia, que jamás harían sonreir a nadie. Escribía cómo la princesa de la nada se dejaba fotografiar por el chico que roba momentos esperando que fuera capaz de robarle el alma y borrar de ella, tal vez con photoshop, la sonrisa de Miguel. Pero el chico que roba momentos tiene su propia historia y sólo quiere robarle el alma a Cenicienta. La malvada bruja porrumpió en un repentino ataque de tos y murió, pero sólo por 24 horas, quién sabe, tal vez para entonces Miguel haya perdido el miedo a trepar...

domingo, 15 de febrero de 2009

Princesa de la nada

La princesa de la nada tiene el pelo castaño y largo y los ojos tristes. La princesa de la nada perdió su sonrisa el día que se encontró con la de Miguel. Espera que algún día él aparezca bajo su ventana y le pida que le deje trepar por su melena hasta el balcón de sus sueños. Mientras, traduce su angustia en palabras, chillándole silenciosamente al mundo lo que siente. La princesa de la nada pone la música muy alta, para no oirse pensar. Entonces es cuando la aguja del tocadiscos le hace cosquillas al vinilo hasta que se decide a regalarle Sad but True y se olvida de Miguel, de su sonrisa, de su angustia y comienzan a brillarle los ojos color madera de roble, se le encienden las mejillas y se reencuentra con su sonrisa.
Cosasnotanpersonales :)
Eme

martes, 10 de febrero de 2009

Ruido de escarcha

Suena a escarcha, a magia, a tiempos de verdad... Él me lo enseñó, me enseñó a apreciar hasta la última imperfección, que según él componían la perfección de aquello que no podía ser escuchado de cualquier manera, a vibrar con cada acorde, a sentir cada solo, a saborear cada tema... Viejos ídolos rompían guitarras, grandes genios componían himnos, enormes músicos hacían historia. Desde The Ox hasta Angie, todos eran especiales. La música era su vida, le brillaban los ojos cada vez que hablaba de su colección de vinilos, de Woodstock, de su guitarra, que para él significaba más que la mayoría de las personas. Era de otra época, alguien se había equivocado al traerle a ésta... Hablaba, andaba y hasta respiraba como una estrella de rock de los sesenta. Era una persona muy especial, un espíritu libre, un pájaro sin alas, un tocadiscos sin aguja, una guitarra sin cuerdas... necesitaba la música cómo el aire y se ahogaba en este barriucho sinsalida, yo lo sabía y nadie más. Cantaba lo que era incapaz de decir, lo descomponía en acordes entremezclados con los versos que contenían la angustia de sus sueños imposibles. Cada vez que subía al escenario se olvidaba de quién era, de dónde estaba y qué hacía, porque se convertía en pura música, que su guitarra hacía fluir, que su mirada hacía sentir... su carisma invadía el espacio que inundaba su sonido, haciendo girar el mundo, vibrar a la gente y sonreir a quiénes le conocíamos.

Rock & Roll para ser libres, como el viento.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Lejos del mar

La observó desde lejos durante un rato, estaba sentada con la espalda apoyada en la pared, miraba a la ventana y tenía los cascos puestos, nunca la había visto tan seria. Por fin, se acercó.
-¿Qué escuchas?-ella le miró fija e intensamente con los ojos más tristes del universo, como si su mundo se estuviese acabando y le respondió.
-Nada, pero así me dejan en paz...

Te está perdonando a gritos...

viernes, 23 de enero de 2009

Por analogía...

Un poco menos antipática de lo que piensan, aún más impaciente, infinitamente menos dura... con altibajos o altibajísimos, pero de los que no se admiten. Con una sonrisa más bonita de lo que cree, con una mirada directa, brillante, que se clava, que no admite mentiras, que no admite verdades. Con las ideas claras y la mente confusa. Un carácter podrido, que decía él, un genio importante, de los de artista, con dulzura, sin instinto femenino... Directa, sin adornos, sin tacto, sensible, muy sensible, demasiado sensible... Sonrisa sincera, de las que se contagian, felicidad discreta, de la que la contagian... Sueños imposibles, de áticos en MadridoLondresoParísoNuevaYork, de sonrisas cafeinadas a la hora acordada en la cafetería cerca del Circulo de Bellas Artes, de acordes de guitarra, de viajes interminables por la India, de transiberianos solitarios, de selvas centroamericanas, de un teatro de Buenos Aires, de flashes por el mundo, del cafe de las amapolas, de aviones que despegan, de Estambul en noviembre, de sonrisas(de ESAS)en la Habana, de ellos...
Valiente, sin sentido común, cobarde, pudorosa, incapaz de mostrar lo que siente, incapaz de ocultar lo que piensa, escéptica(de las de verdad), ilusa, credula, madura, infantil...
Es tantas cosas que no es nadie, sólo Helena...

Dijo lachicaquenosabedescribirseyporesodescribealosdemás.

Flashes en la oscuridad metromadrileña... por ejemplo.


Oh las cuatro paredes de la celda.

Ah las cuatro paredes albicantes

que sin remedio dan al mismo número.

Trilce XVII, Vallejo.

sábado, 17 de enero de 2009

Microsuspirossecretos

-¿Qué dicen?
-Que nos jodan.
-Que vulgar se ha vuelto el lenguaje administrativo...
Ojos cansados, sombras moradas que cuentan el secreto de tus noches en vela, a su alrededor, con cada parpadeo, nacen arrugas prematuras, prueba de tu agobio, de tu impotencia...

Historia del mundomundial

jueves, 8 de enero de 2009

Mañanas metromadrileñasbajocero


Que absurdo hablar cuando no tienes nada que decir. Y que frío hace en el metro por las mañanas. La gente no mira raro al que canta en el metro pero si al que hace fotos, será que aún piensan que puedo robarles el alma, no andan desencaminados, mi cámara es de esas...

Sintió la necesidad de robarle ese instante, porque había tarareado su canción.

Historias del metro contadas por una adicta a los bostezos y las sonrisas de las sieteymedia del chico del Ipod.

Eme