Abarca mundos, pero nunca intentes abarcarme,

almaceno tu palabrería más ruidosa con sólo mirarte.

Walt Whitman.

viernes, 20 de noviembre de 2009

El abuelo.

Mi abuelo recuerda entre miradas veladas por los años y los recuerdos. Año 39, explícale a un niño de cinco años el motivo por el cual su padre es arrestado y humillado públicamente. Explícale que no es un delincuente, que aquellos que se lo llevan visten el uniforme de la intolerancia, el silencio de la obediencia, del miedo, que su papá quiere volver. Explícale que tiene que dejar la escuela para trabajar por un poco de pan. Que hemos perdido la guerra.
No vengas a decirle a mi abuelo que unos perdieron y otros ganaron, que la vida es así, porque su infancia se fue entre campos de trigo y curruscos de pan.
Enterremos al Sepulturero Mayor, pero no enterremos la memoria.

jueves, 12 de noviembre de 2009

el lugar estaba desolado. igual que su mirada verde pantano. las casas derrumbadas son tristes, con todas esas fotos, ropa y recuerdos esparcidos por allí. te das cuenta de que es la casa de alguien, que hasta esa misma mañana en ese baño derruido había peleas por ver quien entraba primero. las miradas de impotencia son peores que los escombros. toda esa gente como niños perdidos, con cara de ¿y ahora qué hago?. es triste pensar que ya no tienes un lugar en el mundo. muy triste.

feliz final de semana ;)
[shht, ¿escucháis eso? está lloviendo:)]

domingo, 8 de noviembre de 2009

Ella soñaba con lo más lejos que pudiese imaginar y hacía planes con mapas y bolas del mundo. Escribía ingenuas historias de salvación del mundo y leía sin parar. Escuchaba música olvidada y recortaba fotos de revistas de viajes para abrir ventanas en su habitación. Aprendía a tocar la guitarra y escribía canciones de chicas que corrían muymuy lejos. Un martes, seguro que era martes, tal vez fuera trece, apareció en su vida, porquesí, porque él era así, el chico que hablaba lindo, venía de mas allá del atlántico, traía una guitarra al hombro y todas las lágrimas guardadas en un bolsillito diminuto de la chaqueta, para que nadie pudiese encontrarlas. Tenía aire de conquistador del mundo y sonrisa de chiquito.

.ese día se rompió la primera cuerda de la guitarra.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Haz lo que quieras. Sigue mirándome así desde el asiento del copiloto, no dejes de sonreirme con esa cara dura, cambia el dial de la radio para que te sienta cerca, pon la guitarra en el asiento de atrás y rózame el brazo, apártame un mechón de la frente. Haz lo que quieras. Pero no pienses que no quiero dar un volantazo y parar en doble fila para comernos a besos. Solo que, en la Gran Vía, una buena conductora no puede hacer eso.