Abarca mundos, pero nunca intentes abarcarme,

almaceno tu palabrería más ruidosa con sólo mirarte.

Walt Whitman.

sábado, 28 de febrero de 2009

Arena entre las uñas

Hoy me he acordado de tí. Tenía arena entre las uñas y estaba alborotada, tuve otra vez esa sensación, la misma que tuve cuando te conocí, como cuando conoces a alguien y sabes que no se te va a olvidar su nombre porque será importante, no sé... igual esas sensaciones sólo las tengo yo pero ya van dos veces desde que te fuiste, me gustaría poder contártelo. Recordé el primer día en que te ví, fue en el parque, después del colegio, tenía las uñas llenas de barro, el pelo enmarañado y acababa de bajar del tobogán, hace mucho tiempo, pero hay días que nunca se olvidan. Yo quería dar la vuelta con el columpio y tú querías que te dejaran en paz, que te dejaran vivir tranquila, nunca lo conseguiste. Me contabas cosas del mundo, las bonitas y las feas, me decías que no tenía que ser tan dura, que tenía que pensar antes de hablar, que luchara por lo que quería y que no me olvidara de lo importante. Yo abría mucho los ojos y te escuchaba, eras mi heroína. Tantas cosas que hablamos y nunca te dije todo lo que te admiraba, todo lo que te quería... te hecho de menos.

sábado, 21 de febrero de 2009

Concesión por tiempo indefinido

-Desordenada hasta un punto caótico, caótica hasta un punto delirante, incapaz de encontrar nada ni en su habitación, ni en su cabeza, ni en su corazón.
-No te dejará explicarte, te gritará durante mucho rato, tanto que igual se te quitan las ganas de explicarlo y después se quedará callada mirándote.
-Nunca jamás te dirá lo que siente, ella espera que lo adivines, no suele gustarle tener ESE tipo de conversaciones.
-A veces estará mucho tiempo callada, mirándo por la ventana, no la preguntes ni trates de establecer una conversación.
-Nunca, nunca, nunca debes decirle que toque la guitarra, es demasiado especial como para hacerlo por obligación.
-No la pidas que sonría en las fotos.
-Parará el mundo por cosas sin importancia como escuchar un solo de guitarra o al bizcocho subir en el horno.
-No debes ver Casablanca con ella, repetirá los diálogos, pero tú no puedes hablarla o se enfadará.
-Todos los días nueve de cada mes se pondrá triste, aunque se ría y tratará de esconderse bajo la cama, no debes dejarla.
-Nunca escribas en sus libros, ni siquiera en los márgenes con lápiz.
-Hará listas de todo, continuamente, sin ningún sentido ni orden.
-Dirá cosas sin sentido y se inventará palabras, no debes tenerlo en cuenta.
-A veces parecerá que no te está escuchando, realmente no lo está haciendo, pero no le gusta que se lo digas
-Cambiará de opinión continuamente, sin ningún motivo aparente...

Estas son las características principales que debes tener en cuenta si vas a ocupar una parcela en el mundo de la chica que no sabe hablar de verdad:
Interesados: Sonrian a pesar de todo.

miércoles, 18 de febrero de 2009

y el chico que robaba momentos...

La chica que no sabía hablar de verdad escribía cosas en un papel mientras la terrible bruja hablaba de cosas sin importancia, que jamás harían sonreir a nadie. Escribía cómo la princesa de la nada se dejaba fotografiar por el chico que roba momentos esperando que fuera capaz de robarle el alma y borrar de ella, tal vez con photoshop, la sonrisa de Miguel. Pero el chico que roba momentos tiene su propia historia y sólo quiere robarle el alma a Cenicienta. La malvada bruja porrumpió en un repentino ataque de tos y murió, pero sólo por 24 horas, quién sabe, tal vez para entonces Miguel haya perdido el miedo a trepar...

domingo, 15 de febrero de 2009

Princesa de la nada

La princesa de la nada tiene el pelo castaño y largo y los ojos tristes. La princesa de la nada perdió su sonrisa el día que se encontró con la de Miguel. Espera que algún día él aparezca bajo su ventana y le pida que le deje trepar por su melena hasta el balcón de sus sueños. Mientras, traduce su angustia en palabras, chillándole silenciosamente al mundo lo que siente. La princesa de la nada pone la música muy alta, para no oirse pensar. Entonces es cuando la aguja del tocadiscos le hace cosquillas al vinilo hasta que se decide a regalarle Sad but True y se olvida de Miguel, de su sonrisa, de su angustia y comienzan a brillarle los ojos color madera de roble, se le encienden las mejillas y se reencuentra con su sonrisa.
Cosasnotanpersonales :)
Eme

martes, 10 de febrero de 2009

Ruido de escarcha

Suena a escarcha, a magia, a tiempos de verdad... Él me lo enseñó, me enseñó a apreciar hasta la última imperfección, que según él componían la perfección de aquello que no podía ser escuchado de cualquier manera, a vibrar con cada acorde, a sentir cada solo, a saborear cada tema... Viejos ídolos rompían guitarras, grandes genios componían himnos, enormes músicos hacían historia. Desde The Ox hasta Angie, todos eran especiales. La música era su vida, le brillaban los ojos cada vez que hablaba de su colección de vinilos, de Woodstock, de su guitarra, que para él significaba más que la mayoría de las personas. Era de otra época, alguien se había equivocado al traerle a ésta... Hablaba, andaba y hasta respiraba como una estrella de rock de los sesenta. Era una persona muy especial, un espíritu libre, un pájaro sin alas, un tocadiscos sin aguja, una guitarra sin cuerdas... necesitaba la música cómo el aire y se ahogaba en este barriucho sinsalida, yo lo sabía y nadie más. Cantaba lo que era incapaz de decir, lo descomponía en acordes entremezclados con los versos que contenían la angustia de sus sueños imposibles. Cada vez que subía al escenario se olvidaba de quién era, de dónde estaba y qué hacía, porque se convertía en pura música, que su guitarra hacía fluir, que su mirada hacía sentir... su carisma invadía el espacio que inundaba su sonido, haciendo girar el mundo, vibrar a la gente y sonreir a quiénes le conocíamos.

Rock & Roll para ser libres, como el viento.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Lejos del mar

La observó desde lejos durante un rato, estaba sentada con la espalda apoyada en la pared, miraba a la ventana y tenía los cascos puestos, nunca la había visto tan seria. Por fin, se acercó.
-¿Qué escuchas?-ella le miró fija e intensamente con los ojos más tristes del universo, como si su mundo se estuviese acabando y le respondió.
-Nada, pero así me dejan en paz...

Te está perdonando a gritos...