Abarca mundos, pero nunca intentes abarcarme,

almaceno tu palabrería más ruidosa con sólo mirarte.

Walt Whitman.

viernes, 26 de febrero de 2010

Doo Doo Doo Doo Doo(Heartbreaker)

Después de todo sólo es una final. No importa que si ganan sea la tercera consecutiva. Más de lo que jamás ha conseguido ningún equipo de fútbol en ese colegio. Nunca. No importa que cuando ha mirado a las gradas Rose estuviese sentada junto a Nellie, con esa sonrisa por la que se siente con fuerzas de ganar todos los campeonatos del mundo. No importa. Entonces, ¿por qué narices tiene esa sensación de haberse tragado un yunque? Oh, admirar todos al delantero estrella del colegio, al héroe que(junto a Mike)robó la ropa interior de miss Jones y la colgó en el árbol de navidad de la entrada, al cerebro de la mítica "evasión del 68", temblando como una cría. Como diría Mike: ¡huevos, Jake!
No es el que Jake le dedicase el gol decisivo a Nellie con una especie de saludo militar que hizo que la rubia se partiese de risa, lo que le había revuelto el estomago, probablemente tampoco tuvo que ver la espectacular(o eso decían todos, Rose de fútbol entendía poco)jugada con la que lo había conseguido, definitivamente no era eso. Tenía la sospecha de que el desencadenante podría tener algo que ver con un brillo en los ojos de cierto deportista aventajado cuando había bajado con Nellie al campo a felicitarle, o tal vez con cierto intercambio mientras él se abrazaba a Mike.
-¿Cuando vas a salir conmigo, Weis?-había soltado a voces, por encima de los cánticos victoriosos de sus compañeros que esperaban otras sonadas calabazas sin mucho interés.
-Cuando pierdas un partido, Collins.
-Haberlo dicho antes, hoy ya hemos ganado-le había dicho regalándole esa sonrisa gamberra y esperanzada que usaba tanto últimamente. Después se había ido con Mike, haciendo como que ignoraba a las chicas que revoloteaban a su alrededor y peinándose.

Tal vez hubiese bebido un poco, pero conocía lo suficiente a Nellie como para saber que ese brillo travieso en la mirada no tenía nada que ver con el alcohol y que esa sonrisa misteriosa no tenía nada que ver con fútbol. Dios, ojalá no tenga nada que ver con fútbol.
Nellie cree, piensa, opina, que ya está bien. Que Mike tiene que dejar de susurrar. Que Mike tiene que dejar de humedecerse los labios. Que Mike que dejar de robar el oxígeno de la habitación(no lo dice porque esté loca por él desde... bueno, desde que tiene edad para estar loca por alguien, porque sí, lo sabe, y es suficientemente madura para admitir que está perdida por él, aunque jamás lo confesaría)es que realmente, Mike, acapara el oxígeno de ese apartamento que pertenece a alguien del equipo de Jake donde siempre celebran las grandes victorias. Observa con indiferencia(o no tanta)cómo tontea con una chica, porque francamente lo tiene superado, ellas desfilan una tras otra por los rincones oscuros del colegio y de la mente de Mike, quien a la mañana siguiente le cuesta recordar el color de su pelo y su nombre. Jamás cambiaría lo que tiene con él por ser una más de esa lista, pero, a veces, le gustaría ser ella la que ríe como una idiota mientras Mike le susurra una canción de los Rolling al oído. Mierda, encima ese disco se lo prestó ella. Nellie acaba de decidir que Mike necesita probar un poco de su propia medicina.
Her mother said she had no chance, no chance!
Nota: Me parecía muy largo para publicarlo entero, pensé que os aburriríais... pero ya está escrita la otra parte, si os gusta ésta, publico pronto la otra... a ver qué os parece. Besos y suerte con los exámenes a los que loa tengan ;)

domingo, 21 de febrero de 2010

Tenía cuatro años cuando no le conoció. Cuando no despeinó su pelo suelto, porque mamá estaba harta de que chillase cuando le hacía coletas, y le dijo que era una niña muy guapa. Tenía cuatro años cuando no le miró altiva y abrió un libro y se puso a leer, provocando las risas de todos, porque a las niñas de cuatro años que no les gusta jugar con muñecas, tampoco les gusta que les digan que son muy guapas(y menos si las hablas como si fueran unas pequeñajas de tres). Pero les gusta que las miren alucinados cómo devoran un libro tras otro, mientras dicen en susurros a sus complacidos papás que lista es esta niña. Eso las gusta un montón, casi más que mezclar peta-zetas y pica-pica en la lengua.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Everybody's got something to hide except me and my monkey.

Ha habido un par de chicas(bueno, un par de pares)la mayoría en verano, cuando la piel color chocolate y el brillo de sus ojos negros se difuminan lo suficiente como para creer que puede olvidarla. Jake siempre ha sido un poco ingenuo. Pero tiene muy claro lo que quiere. Quiere a Rose Weis. Y tiene muy claro que ella le quiere a él. Porque ella le quiere, ¿sabes? Sí, le quiere. No es que Jake sea sordo(aunque Nellie se lo diga cuando canta), ha oído perfectamente cada vez que ella le dice no, Collins y después todas esas cosas que le harían tanta gracia si no se las dijese a él. Pero también se ha fijado, porque Jake siempre se fija en todo(bueno, en todo lo que tenga que ver con Rose)en que, últimamente, cuando le rechaza, ha dejado de mandarle a criar lechugas a la Antartida y que cuando le pide que vaya con él al cine ya no le mira como si fuese un gusano aplastado ni le dice preferiría masticar cristal, simplemente suspira y le dice que no, que pruebe con Houghton, que te está mirando con ganas. A un hombre menos optimista que Jake podría parecerle que eso no significa nada, para Jake lo significa todo. Se lo cuenta a sus amigos, no porque dude de su intuición, sexto sentido, llamadlo X, el caso es que está loca por mí, tíos, sino porque no está seguro de qué nombre ponerle a su primer hijo en el caso de que sea un niño(si es una niña le pondrán Rose, por supuesto). Le pregunta a Nellie, que para eso es amiga de Rose y debería saber que nombre quiere ponerle a nuestra hija. Nellie opina que Jake es un poco demasiado optimista, pero no lo dice, porque a él le hace ilusión y, en el fondo, ella también piensa que a Rose empieza a gustarle el acoso y derribo de Jake. Pero si Mike quiere decir algo, lo dice, sin pensar, por supuesto.

-Jake, tío, tienes fe para fundar una religión tú solo, a ver... vamos a pensar en qué momento de estos años Weis ha manifestado tan solo una mínima simpatía hacia tí...-se lleva la mano a la barbilla, simulando que lo considera ante la mirada indiferente de Jake que piensa que si no fuera tan jodidamente cínico, Mike sería un buen nombre.

Sonrisa traviesa, mirada chispeante y las manos en los bolsillos, se dirige hacia ella, otra vez. Insoportablemente chulo. Descaradamente guapo. No es que Rose se fije mucho en eso, no claro, y mucho menos si se trata del engreído de Jake... ¿Jake? ¡No, Rose, de Collins! ¡CO-LLINS! Ella no es como esas tontas de su club de fans que van por ahí haciéndole caídas de ojos y esas cosas. Ni siquiera tiene que ponerse a recitar mentalmente las cinco declinaciones de latín o los pronombres personales o los verbos cuando se inclina sobre ella y le susurra al oído que salga con él, por probar, es que cantando creo que ya te lo he pedido. Porque tampoco nota que Jake huele a hierba del campo de fútbol, a helado de menta y chocolate y al atardecer después de un día agotador en el campo, claro que no, francamente, que estupidez. Tampoco ha notado que ha madurado bastante, que ya no se peina cada cinco minutos(solo cada quince), ni se mete con Linton al menos que empiece él(menos en clase de matemáticas porque se aburre)e incluso en alguna clase llega a fingir interés. El muy idiota se peina compulsivamente mientras sonrie en su dirección y le comenta algo sobre lo bien que le sienta el peinado(que no se ha cambiado desde que le conoce). Ego, me, mihi... ¡mierda! ¿como seguía?

-¿Querrías venir conmigo a cenar esta noche?¿Y aunque no quieras vendrás de todas formas?-suelta muy deprisa las dos preguntas, sin respirar, con una mirada esperanzada y los dedos cruzados. Rose sabe que Jake es un chulo, que no se toma nada en serio, que sólo le importa el fútbol y que le presten atención a todas horas, pero ha puesto esa cara de "soy el rey de la madurez y me tomaré tu rechazo con deportividad" y en su mente se ha encendido un cartel de neón que dice ADORABLE. Algún día(uno muy lejano, espera)debería plantearse si sigue rechazando a Jake por costumbre o por ganas. Algún día. Hoy ya tiene preparada la respuesta.

martes, 9 de febrero de 2010

All down in the line

-Nell...
Nell, ¿qué? ¿Nell, pásame un boli?¿Nell, hoy estás muy guapa, déjame copiar los deberes?¿Nell eres una empollona deja de leer? ¿Nell, no tienes ni idea, Lennon es mejor que Harrison? ¿Nell, estás loca cómo va a estar Jagger enamorado de Richards?
Nell. Ella es Nellie para casi todos, señorita Cornwell para los profesores, Elena, compórtate para lady mamá Cornwell, Nells para Jake e incluso pequeñaja, rubia o para Brian, Rose y (siempre)Jake, pero sólo es Nell para Mike y esa voz susurrante, más grave de lo que debería permitirse que suena a armarios oscuros y botones desabrochados. Esa voz que la hace sentir distinta, inestable, burbujeante, vaporosa. Adulta. Nell está a años luz de esa cría rubia que se ruboriza si la miran fijamente, de esa Nellie.
No sabe por qué lo ha dicho, puede que haya sido por esa sonrisa que ha reprimido, como siempre que hace algo que no aprueba pero es gracioso y quiere decir Mike, que tonto eres, o igual ha sido porque ha sacudido la cabeza y esa melena rubiadoradaycobre que lleva por el mundo como si no fuese peligrosa le ha rozado el brazo provocándole un escalofrío, o porque le ha mirado fijamente con esos ojos marrones que no se parecen en nada a la miel, ni a la madera, ni a nada que él conozca, salvo tal vez al whiskey(y quizás sea esa la razón por la que quiere emborracharse de ellos)sin tomarle en serio, con esa chispita de burla con la que siempre le mira, o puede que simplemente la proximidad de sus hombros le estuviera desquiciando. Nunca antes había pensado tantas cosas para hacer con los hombros de una tía, generalmente sus pensamientos no son aptos para menores de 18, pero es que el olor a chica de Nellie le llega más intenso que nunca en todos los años en los que llevan compartiendo pupitre y eso, siendo su mejor amiga es jodidamente injusto, puede ser por muchos motivos, pero el caso es que lo ha dicho y ahora Nellie quiere que continúe y no sabe como decirle que simplemente eso, Nell... No lo sabe porque Mike es así y siempre dice y hace todo lo que le apetece, tanto si tiene sentido como si no, es ese impulso que le ha costado alguna que otra cicatriz, cortesía de mamá y papá Houghton, y bastantes peleas, pero que jamás ha querido ni ha sabido reprimir.
-¿Qué?-susurra Nellie con impaciencia a espaldas de la profesora de Historia que se afana en explicar la Primera Guerra Mundial.
-Que creo que tienes razón, puede ser que Jagger esté enamorado de Richards... la verdad es que si te fijas tiene buen culo-pone la sonrisa de las gamberradas y en un acto reflejo le guiña el ojo a Katie que se ha girado al escucharle, porque tal vez Jagger esté enamorado de Richards, pero, enamorado o no, no deja de ser músico, ¿a que no?.
Nellie sonrie, pone los ojos en blanco y mira a la pizarra. Mike acaba de decidir que la sonrisa de Nell es demasiado bonita para una guerra, por muy mundial que sea, tío.