Tenía los ojos grandes y brillantes. Llenos de tristeza. Presos en el infinito. Siempre cerca de las ventanas, aspirando la brisa de la libertad, soñando con volver a ver las estrellas. La niña pequeña la observaba sentada en las escaleras, sin comprender por qué no escapaba, por qué no huía de aquella prisión de puertas abiertas.
Se sentía sola. Muy sola. Allí nadie podía comprenderla, ella no pertenecía a aquel sitio. Pero no escapaba, porque sabía que allí a dónde pertenecía no la aceptarían. Su soledad y su miedo al rechazo eran para ella una prisión aún más impenetrable.
La pequeña se acercó a la ventana y se arrodilló a su lado. La miró a los ojos y la acarició entre las orejas.
¿Qué te pasa gatita de ojos tristes?
Ya he vuelto :)
Hace 1 año
6 comentarios:
La niña sabía comprenderla, sabía leerla y escribir su compañía. Solo tenía que mirarla a los ojos y verse dentro.
Bienvenida :)
joer con gatitos!! jajaja te reto a una historia de perritos!!! mejor dicho de carlinos!!! jajjaja
besossssssss de regreso!!
Los gatos me producen alergia ¬¬
Pero el texto no (xD) sigues tan genial como siempre
Besos!
A veces solo los niños son capaces de ver la auténtica realidad, o de comprenderla.
Que buena noticia que hayas vuelto :)
poca gente nos comprende realmente..
Quién fuera gato¡¡
besos
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