Abarca mundos, pero nunca intentes abarcarme,

almaceno tu palabrería más ruidosa con sólo mirarte.

Walt Whitman.

sábado, 28 de mayo de 2011

Times are changing.

El día que Rose Weis supo que se había enamorado de Jake, los Beatles tocaban su último concierto encima de una azotea. 1969 despuntaba entre la guerra civil de Irlanda, el primer LP de los Led Zeppelin y las detenciones de estudiantes en todo el mundo. Vietnam se recrudecía y la NASA paseaba por el espacio en pos de la Integral. Jan Palach agonizaba en una cama de hospital y Lennon se casaba en Gibraltar con Yoko Ono. El mundo estaba cambiando.
Los meses que siguen al extraordinario descubrimiento los pasa entre obsesivas miradas mal disimuladas a Jake, sonrisas de "te lo dije" de Nellie, a la que no tuvo que contarle nada y angustiosas incógnitas. Ahora que sabe que ha perdido la cabeza, se resiste a perder también el corazón. No cree realmente que el gamberro más inconstante de la historia pueda tomársela en serio. Jake sigue acosándola, claro, pero en los últimos meses parece distraído, más preocupado por lo que pasa en el mundo. Cuando se lo pregunta a su amiga, ella ríe por lo bajo y dice algo sobre el activismo y lo sorprendente que resulta que alguien madure en ese lugar.
A la semana siguiente, Jake le pregunta si ha escuchado lo nuevo de los Who y si quiere salir con él, más por costumbre que porque espere una respuesta diferente a la habitual.
-Si-dice y baja la mirada haciendo como que revisa unos apuntes.
-¿Verdad que es genial? No entiendo cómo pueden interpretar algo como eso en direc... espera. Espera. Espera. Sí a... ¿qué?
-Bueno, aún no he comprado Tommy, pero he oído que Clapton participa, así que este fin de semana iré a
-¿Saldrás conmigo?
-Eso he dicho, Jake, ¿acaso eres sordo?-trata de disimular el sonrojo con un tono digno, tensando la comisura de los labios para evitar que se disparen hacia el infinito al ver como la cara de Jake pasa del asombro más absoluto a iluminarse con una sonrisa que nunca había visto.
-No, eeeh, bueno... ya quedaremos en la hora y eso-sale de la clase disimulando tranquilidad, no puede pensar mucho, pero cree que no parecer un enfermo mental es bastante importante para que no se arrepienta de haber dicho que sí. Sin embargo, cuando dobla la esquina y ve a sus amigos, pierde todo el dominio de su ser, la dignidad y el oxígeno de los pulmones. Coge a Nellie en volandas y gira con ella en brazos mientras se ríe a carcajadas cada vez más histéricas.
-¿Qué pasa, colega?-Mike abre mucho los ojos y se ríe ante la explosión de alegría de su amigo y la cara verde de Nellie por los giros interminables.
-Rose, tío, Rose. Pasa Rose.
-Já. Al final te ha crujido la cara de una hostia y te has vuelto tarumba.
-Calla, animal-verde y todo Nellie da bastante miedo cuando manda callar.-Al fin te ha dicho que sí, ¿verdad?
Jake asiente, porque no se ve capacitado para componer oraciones complejas.
-Me alegro por tí, compañero, pero tal vez a Nellie le gustaría volver a pisar el suelo...-el tono preocupado de Brian hace reaccionar a Jake que la deposita en el suelo con pocos miramientos.
De repente, Jake abre los ojos asustado.
-Tengo que llevarla al sitio más alucinante de esta jodida isla. Tiene que contárselo a nuestros nietos-le da a Brian una palmada que habría desencajado la columna vertebral de alguien más fornido que él-vamos,tío, tienes que echarme una mano.
Mike sacude la cabeza entre divertido e indignado porque no se le haya ocurrido pedirle ayuda al gran maestro de la seducción que, casualmente, también es su mejor amigo.
-Tanta emoción porque le haya dicho que sí...-dibuja su sonrisa sarcástica favorita, esa que es tan obvia como su mal humor-La primera noche se va a correr antes de bajarse los pantalones.
Nellie pone los ojos en blanco y emite algo parecido a un bufido despectivo:
-No lo entiendes. Jake no es como tú con todas esas chicas-y remarca el "todas" haciendo un molinete con las manos-él está loco por Rosie. Si alguna vez estuvieses enamorado-le mira de arriba a abajo con aire crítico-lo entenderías...
Sonríe salvaje porque ha sido ella solita la que se ha metido en el jardín, ni siquiera Caperucita se lo puso tan fácil al lobo feroz.
-¿Todas esas chicas?
-Sí, ya sabes-dice y le quita importancia con un gesto de la mano-Maggie, Silvya, Cherry, Stella, Kate, aquella italiana que no me acuerdo com¡Berta!, Alexandra...
-Recuerdas más nombres que yo, punto para ti-Nellie tiene que reírse porque sería gracioso que Mike se diera cuenta ahora de que es lo que las chicas del colegio llaman "ese homínido sin corazón"-pero no siempre es así. Por ejemplo-se acerca cada vez más, invadiendo el espacio vital de Nelly con una naturalidad fruto de años de práctica-estuve muy pillado de... de la pelirroja esa que tenía esas... esas sonrisas tan...
Nellie ríe porque Mike es el rey de los caraduras y no un simple aristócrata.
-Oh sí, Susie la escandalosa, tenía una risa insoportable, Jake y yo...-de repente se pone seria y traga saliva. Mike nunca había estado tan cerca como para poder oler su loción para después del afeitado que, como todo en él, hace que la recorra un temblor eléctrico por todo el cuerpo, haciendo que se le erice el vello.
Entonces supo que Mike iba a besarla y las conexiones en su cerebro hicieron ¡pum! un ¡pum! formidable, un ¡pum! de esos que no se olvidan, que arrasan civilizaciones, provocan maremotos e inundaciones, un ¡pum! de esos sobre los que se escriben canciones y por los que se inician guerras. ¡PUM! ¡pum!
Estaba listo si pensaba que iba a ser tan fácil. Que se la iba a camelar como a una de esas chicas a las que Jake y ella ponían motes graciosos. Se negó tan decididamente que tuvo que ser ella quien le besara. Definitivamente no iba a ser como Susie.
Se besaron y fue como si nunca jamás en la historia de la humanidad se hubiese besado nadie antes. Se besaron y fue la guerra. Se besaron y las conquistas de Alejandro fueron ridículas a su lado.
Al separarse la cara de sorpresa de Mike devolvió a Nellie a la realidad.
-Venga ya, que nos conocemos bastante bien, colega, yo no caigo tan fácil como Jake, la próxima vez, mastica chicle antes, si eres tan amable-le guiña un ojo y se gira tratando de mantener la compostura. Definitivamente su aliento es un problema. Mike sabe a peta-zetas con coca-cola, a gominolas y música punk, jamás había probado nada que la atrajese tanto.

martes, 13 de abril de 2010

Odio las empresas de telefonía: me han tenido sin conexión muchos días.

Odio segundo de bachillerato: me va a tener unos días sin conexión.

Hecho de menos blogger. Really.

Corto y cambio.

M.

PD: Puede que de vez en cuando actualice el nuevo lugar egocéntrico en el que podéis encontrar opiniones infundadas sobre asuntos sin ningún interés general. Se llama Nunca intentes abarcarme. Sed buenos, o si no contadme todas las maldades.

domingo, 28 de marzo de 2010

Honky Tonk Women

No es que a Nellie no le gusten las fiestas, pero esta se le está haciendo un poco larga y a veces necesita estar a solas y fumar. Fue Mike el que les enseñó a todos. El primer día de cuarto curso, estaban en el baño, planeando una broma de bienvenida y Mike se sentó encima del lavabo, sacó un cigarrillo y un mechero y lo encendió. Lo hizo con tanta naturalidad que no cabía duda de que lo había ensayado. Les ofreció uno a cada uno, Jake fue el primero en aceptar, porque, claro, no iba a quedarse atrás, después Brian y, por último, con reservas, lo aceptó Nellie, porque no quería ser la niña responsable y vulnerable, otra vez. Fue la única que no tosió ni se puso roja a la primera(a la segunda, sí). Fumaron uno cada uno y luego otro más, compartido entre Mike y Nellie, pasándolo de mano en mano, enredándose con el humo, saboreándose los labios en la boquilla, tocándose los dedos.
De todos ellos a la única que le quedó el vicio fue a Nellie, le gusta el sabor del tabaco, que nunca sabe a hierbas quemadas enrolladas en papel. Sabe al baño de los chicos y a romper las reglas. Sabe a secretos compartidos y bromas que nadie más entiende. Sabe a la chaqueta de cuero de Mike y a ser parte del grupo. A "no me importa si me hace daño, es mi cuerpo y yo decido... yo y no mi madre". Sabe a rebeldía.
Jake sólo fuma cuando salen o cuando beben si Mike enciende uno, porque dice que es malo para la resistencia de un futbolista, tal vez tenga que ver con que Weis suele decir que no le gustan los fumadores.
Brian fuma cuando hay chicas delante, porque Nellie dijo una vez que Humphrey Boggart es sexy fumando.
Nellie fuma, a veces, cuando se queda estudiando hasta tarde, por las noches, junto a la ventana, cuando salen por Londres, cuando discute con su madre. Pero no siempre que se queda estudiando, ni todas las noches, ni siempre que salen, ni con cada discusión. Nunca como rutina y nunca cuando está realmente nerviosa. Porque para dependencias tiene suficiente con Mike, muchas gracias. Precisamente por eso nunca lleva mechero.
-¿Necesitas un caballero andante que te encienda, rubita?-Mike es doble significado perpetuo y sonrisa obscena eternamente, pero no suele serlo a solas con Nellie.
-Con un mechero me vale, gracias.-maldito, maldito, maldito motero insustancial.
-Normalmente las chicas se fuman el cigarro después, ¿sabes?-está usando la maldita sonrisa, esa con la que se camela a las profesoras y las alumnas, esa con la que provoca sonrojos hasta en las mejillas más severas, pero por primera vez en su vida no sabe a dónde le va a conducir.
Ella no está dispuesta a retroceder y dejar que haga el gamberro solo, como si fuera otra niña tímida que se fuese a llevar a la cama. De ninguna manera. Ella es Nellie Cornwell, la chica que va con los tres gamberros, la que les enseñó a los Rolling, el cerebro pensante de algunas de las más sonadas gamberradas y el brazo ejecutor de otras, ella no se echa atrás. Si Mike apuesta dos, ella dobla la jugada. Siempre ha sido así, desde pequeños y las hormonas no van a trastocar tan antiguas tradiciones. Faltaría más.
-Dicen que la nicotina es un buen sustitutivo de las endorfinas... yo que tú me pensaría qué es exactamente lo que haces mal.-si Mike no estuviese perdido hace tiempo, esa sonrisa traviesa hubiera obtenido como respuesta un infarto, se hubiese enamorado como un bruto, a tontas y a locas, con todo el corazón.
-Generalmente no acepto lecciones, pero puedo hacer una excepción si te empeñas de esa manera, guapa.-alguien ha cortado los frenos y Mike ni piensa en ir al taller. Nellie es harina de otro costal.
-Mira, creo que te buscan-y señala con superioridad a la chica de antes, que le busca por la casa-ves a decirle que no te has perdido.
Que equivocada estás, rubita.
-Y que si no se sube tanto la falda y usa un tinte menos artificial, puede que incluso pueda andar por el Soho sin demasiadas propuestas.-Mike sonrie descaradamente cuando lo oye, porque eso, ladies and gentlemen, ha sido el primer ataque de celos registrado de miss Razón.
___
-Has jugado bien, Jake.-había dicho mientras se iba. Pero él se acaba de dar cuenta de que no tiene importancia. Porque Rose le ha llamado Jake. No ha dicho Collins, no ha gritado que la olvide ni que es un chulo malcriado. Le ha llamado Jake. Y en ese momento, le gustaría ser un delantero mucho peor y un hombre un poco mejor. Si eso es lo que llaman madurar, su entrenador le va a regalar pañales y a obligarle a comer papilla. Pero es que Rose le ha llamado Jake. Que Mike tire la bola de cristal, en su puñetera vida va a ser un buen futurólogo.
¿Qué tal Seychelles para la luna de miel?

jueves, 25 de marzo de 2010

Pablo es nombre de poeta. Pienso en Pablo y me viene a la mente su olor a biblioteca, a tinta de máquina de escribir, a sueños. Es escuchar Pablo y sonreír recordando sus teorías acerca de la vida y la muerte y esas cosas que nunca entenderás. Porque Pablo no es sólo un nombre. Pablo es sonrisas los miércoles por la mañana y bostezos el resto de la semana. Pablo es indignación cuando ve los telediarios y un día de septiembre, el que más te guste. Pablo es anotaciones en sus libros y una sonrisa distraída. Pablo es miradas disimuladas a Clara y un cuaderno lleno de historias. Pablo es los Beach Boys en invierno y Charlie Parker en verano. Pablo es un desastre y muchas ganas de comerse el mundo.

jueves, 11 de marzo de 2010

191.

191 es un número triste. no triste como que nadie se acuerde del nombre del batería de Cream. no. triste como que se acaben todas las sonrisas un día al año. triste como que se te haga un nudo en el estómago al pasar por la estación. triste como una sirena de ambulancia. triste como el llanto de una madre. triste como los apuntes esparcidos de aquella chica que no fue a la universidad. triste como volver a tener doce años y temblar delante de la tele. triste como no poder marcar el número de las personas que quieres en el móvil, porque te tiemblan los dedos. triste como montones de lazos negros por todas partes. triste como la intolerancia. triste como el fanatismo. triste porque preferiríamos seguir divididos en Athletic o Real Madrid a estar unidos por 191. triste como un tren que nunca llega a la estación. triste como más de media ciudad en la calle, bajo la lluvia. Porque Madrid lloró mientras gritábamos que no lo íbamos a tolerar. triste como si te faltaran 191 sonrisas.
triste.